Invertir es la compra de bienes de capital que sean capaces de producir otros bienes. Es decir, es colocar dinero en terceros para que, a través de un conjunto de acciones, puedan generar valor para aumentar el capital propio y, por supuesto, el tuyo como inversionista.
Un ejemplo de cómo una inversión puede generar valor, es el apoyo al pago de nómina, o capital de trabajo, para una compañía. Podemos tomar el caso específico de una compañía que se dedica a cultivar y a vender papas para consumo, esta necesita poder pagarle a sus empleados para que puedan recoger las papas del suelo y así ser vendidas a su cliente. Tú, a manera de inversión, puedes ayudar a pagar esta nómina y posteriormente recibir parte de la rentabilidad que la compañía tenga sobre las papas vendidas.
El anterior es un claro ejemplo de cómo tu capital puede posibilitar la generación de valor y rentabilidad para ti, por esto podemos llamarlo inversión. Adicionalmente, al estar tu inversión sujeta a la venta futura de las papas cultivadas, conlleva un riesgo: el riesgo de que la venta no pueda ser cumplida a su totalidad y tu pierdas parcial o totalmente el monto que invertiste. Todas las inversiones conllevan un riesgo, sin excepción, dicho riesgo debe ser entendido e interiorizado para poder invertir.
El invertir normalmente lo asociamos para personas con gran poder adquisitivo. Sin embargo, es una actividad que todos deberíamos hacer sin importar el tamaño de nuestros ahorros o ingresos. A continuación te listamos algunos de los puntos que consideramos debes tener en cuenta al momento de invertir:
- Tasa de rendimiento/retorno
Antes de invertir es esencial que aprendas qué es una tasa de rendimiento. Si bien este tema es extenso y encuentras miles de recursos en Internet, podemos entender la tasa de rendimiento como la cantidad de dinero que recibes por tu inversión dividido en la inversión inicial que hiciste. Esta tasa además, debe ser asociada a un periodo específico para dar cuenta del tiempo en el que se obtuvo la rentabilidad mencionada. Es decir, ganar un 17% en dos meses no es lo mismo que ganar el mismo 17% en diez años.
- El riesgo
El riesgo, aunque se mide de muchas formas, por lo general se refiere a situaciones impredecibles que pueden afectar tu inversión. Esto requiere de un estudio respecto al producto en el que vas a invertir, particularmente debes buscar toda la cadena de generación de valor del producto en el que quieres invertir y dónde hay espacio para incertidumbre o conflictos de interés. En el caso de la papa, podríamos revisar el estado del cultivo (riesgo específico del negocio o diversificable), la probabilidad de que el cliente pague la papa (riesgo de contraparte), la probabilidad que la persona que la cultiva reparta su ganancia contigo como inversionista (riesgo moral), entre otras. Esto es importante realizarlo con las inversiones en las que queramos invertir.
- La capacidad de ejecución de los que manejan tu inversión
Realiza una investigación previa de la institución financiera y el producto financiero en el que piensas invertir. Por lo general, pensamos que las mejores inversiones son en finca raíz o en ganado mediadas por instituciones con renombre. Si bien esto puede ser cierto para algunos inversionistas, es muy importante tener en cuenta que la relación de tiempo y tasa de retorno es lo importante, y que además de eso, la confianza y transparencia de la institución financiera que escojas debe ser de tu agrado. Entre más claros sean los términos de tu inversión y entre más apoyo y servicio recibas para aclarar tus dudas, tu inversión puede llegar a ser mejor. Revisa las certificaciones que tengan, quién les avala y por qué son la opción correcta para ti.
Esperamos que tu próxima inversión sea exitosa. ¿Se te ocurre otro punto clave para invertir mejor? Cuéntanos en los comentarios.